La guerra de desgaste es una estrategia militar en la que un bando intenta desgastar y agotar los recursos del enemigo a través de enfrentamientos prolongados y desgastantes, sin buscar una victoria rápida o decisiva. Este tipo de guerra se caracteriza por un prolongado desgaste físico, psicológico y económico de las fuerzas involucradas.
Ejemplos de guerras de desgaste incluyen la Primera Guerra Mundial, en la que las potencias combatientes se enfrascaron en una guerra de trincheras en la que se registraron enormes pérdidas humanas sin lograr avances significativos; la Guerra Civil española, en la que las fuerzas del bando republicano resistieron durante tres años el asedio de las fuerzas franquistas; y la Guerra de Vietnam, en la que los vietnamitas lucharon contra las fuerzas estadounidenses y sus aliados durante más de una década.
Este tipo de guerra suele ser muy costosa en términos de vidas humanas y recursos, y puede resultar en una prolongación del conflicto sin una victoria clara para ninguno de los bandos involucrados. Es importante destacar que la guerra de desgaste puede tener consecuencias devastadoras tanto para los soldados como para la población civil, por lo que suele ser considerada una estrategia poco favorable en términos humanitarios.
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